domingo, 2 de enero de 2011

En el laberinto de la sobriedad

Alguna gente no enloquece nunca.
Qué vida verdaderamente horrible debe tener.

Charles Bukowski


El tiempo se contrae y se expande como un acordeón, su música suena como un puñetazo en el estómago, saca el aire y suena como algo que exhala, un pitido que hace abrir los ojos como viendo de frente a la muerte, pero puedo recordar como si todo fuera un signo que señala lo que sigue, la suerte estaba echada, aros caen en una botella en medio de una kermesse, exactos en su diámetro señalan la boca de la botella, como una virginidad arrancada rompen el himen de la quinceañera, la botella a mi boca, una señal inequívoca de pérdida, me refugio en un cine y mientras veo como Linda Blair flota sobre su cama, bebo la botella completa, estoy ávido de ser llevado por otros caminos, la oscuridad de la sala cubre mi cuerpo, esa oscuridad ya no se irá.

Muchos años después de esa primer experiencia estoy acostado sobre una cama ajena, en estas fechas de futuro sin calendario nada es mío ya, todo me es ajeno, hasta mis manos y mi boca han dejado de pertenecerme, he perdido mi alma y por más que la busco en el culo de las botellas no puedo encontrarla, de hecho la sigo perdiendo en cuanto rincón he vomitado, ahí se han quedado mis años, y ahora qué? si pretendo dejarlo me abraza con su calor de amante que llora conmigo, si la quiero dejar viene el diablo y me la pone en la boca, como esa primera vez en el cine, volteo la cabeza como la exorcizada,vomito a Dios como el fenómeno del cine, lo peor es que ya no quiero regresar, esta piel me ajusta, mi dignidad es la del borracho conocido, tengo una fama que alimentar, la sobriedad es un laberinto, en donde no puedo entrar por miedo, he perdido a quien me acompaña en la ruta, cuervos vestidos de cuero negro, no sonrío sin curar este temblor de voz, la música me atraviesa y me deja clavado en el cielo, no quiero volver a sentir tu ausencia, no me dejes, me he alimentado de carne humana, junto a la botella siempre está una cabeza de alguna mujer que ingenuamente ha querido sacarme, le he pagado sus favores cortándole la cabeza y alimentándome de sus entrañas, ahora te toca a ti, es tiempo de compartir.

Ricardo Montaner: "Lo que no digo cantando"


JOYAS DE LA LITERATURA UNIVERSAL

RICARDO MONTANER/LO QUE NO DIGO CANTANDO. Grupo Nelson

Ricardo Montaner, el exitoso cantante venezolano nos abre su corazón, un corazón lleno de luz del que nos hace partícipes a todos los latinoamericanos que hemos tenido la suerte de leer esta biografía del baladista de éxitos tan rotundos y tan conocidos por todos como "tan enamorados" y "déjame llorar",este libro presentado estupendamente en una edición de lujo en pasta dura y con unas emotivas fotografías del cantautor en plan familiar, dejando en claro desde las primeras páginas que este no sólo es una biografía vacía llena de datos para los fans, no, es ante todo un libro que nos regala el camino hacia el éxito y sus exigencias que aunque ya han dado mucho a este nacido argentino pero avecindado en venezuela, aún tiene la humildad para regalarnos perlas de sabiduría como estas:

La respuesta a todas tus preguntas la vas a encontrar en el rincón más insospechado de tu vida y el más fàcil de encontrar. En ese lugar por el que pasas siempre... al lado de la mesita de entrada o en el armario donde guardas todas tus negociaciones, tus frustraciones, tus sueños no cumplidos,el fracaso y las apariencias que sacas a pasear los sábados en tu auto nuevo.

Mi emoción es más onda que el Atlántico. El amor llegó sin envoltorio y sin manual de instrucciones.

Lectura aparte merece el encuentro del autor con su poderoso yo interno, su facilidad para darnos al resto del mundo "la respuesta" a las preguntas que siempre han aquejado al ser humano, Montaner nos baña con su sabiduría y su amor al mundo, Dios ha querido que me encuentre con este libro y la y transformación que nos va dando en cada una de sus 219 páginas es sin duda algo para agradecer eternamente, gracias Ricardo, Dios te bendiga.